Juan Antonio Ilescas
A pesar de las severas necesidades que se notan a simple vista, la escuela Narciso Mendoza es un claro ejemplo de la forma en que deben operar las instituciones educativas, sin dañar la economía de los padres de familia, anteponiendo la educación por encima de cualquier otro interés e incentivando el trabajo en niños y niñas.
Hoy después de su nacimiento hace 14 años, tras el conflicto social del año 2006, la escuela Narciso Mendoza busca alternativas para cubrir sus múltiples necesidades.
Una de ellas es el trabajo incentivo para que los alumnos de primaria y secundaria se involucren en el trabajo de las hortalizas y cultivos de pepino y jitomate que impulsa el municipio Oaxaca de Juárez.
Leider Alberto Sibaja Mendoza, director de esta escuela que se ubica en la zona de Pueblo Nuevo explica que la plantilla docente y padres de familia trabajan de forma conjunta para fortalecer la educación que se imparte en los niveles preescolar, primaria y secundaria dentro de la institución.
Ni hay cuotas de inscripción, tampoco multas por asambleas, y la renta del inmueble lo cubren los profesores que forman parte de la Sección 59 del SNTE.
Por eso, una parte importante en este trabajo son los cultivos y hortalizas que los niños y niñas están aprendiendo a cultivar.
