ANDREA FENOCHIO —
No hay virus ni pandemia que pueda contra la necesidad. Prueba de ello es la imagen de los bancos públicos y privados de Mar de Plata, Argentina.
Desde muy temprano miles de personas se encontraban apostadas al exterior de las instituciones bancarias para poder cobrar jubilaciones y asignaciones sociales que paga la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES).

Las funciones principales de la ANSES son, por indicaciones del gobierno argentino, otorgar jubilaciones y pensiones, asignaciones familiares a los trabajadores en actividad y jubilados, subsidios familiares, prestaciones por desempleo, financiadas por el Fondo Nacional de Empleo, e implementar diversos programas de Seguridad Social.
Como ocurre en casi todas las instituciones bancarias en estos tiempos de contingencia, se limita el número de personas que pueden ingresar a la sucursal, sin embargo el problema se encuentra afuera, donde las personas en su deseo por pasar rápido van quedando cada vez más juntas.

Por ello, autoridades de la Subsecretaría de Tránsito y la Secretaría de Seguridad recorren las sucursales donde intentan ordenar las filas y lograr que la gente respete la distancia sugerida no solo adentro de los bancos, sino también afuera, esto como medida fundamental para evitar contagios de COVID-19.
El escenario se repitió en la zona de Moreno y Córdoba, con extensas filas de hasta 400 metros de diámetro para acceder a los bancos Nación y Superville ubicados en la misma manzana, y en general la escena se repite en todos los bancos.
Frente a este desborde el Banco Central informó que se ordenará que todos bancos abran sus puertas sábado y domingo a fin de poder descomprimir la afluencia.





