Oaxaca de Juárez revive su historia a través de “Donají… La leyenda”

Redacción

Al caer la noche las luces en la rotonda de las azucenas se apagaron y el sonido prehispánico de los caracoles y tambores anunciaban el inicio de la gala y representación cultural más importante de la ciudad de Oaxaca de Juárez, la trigésima séptima edición de la puesta en escena de “Donají… La Leyenda”.

En un Auditorio Guelaguetza pletórico, el reloj marcaba las 20:30 horas cuando con antorcha en mano los guerreros ataviados con taparrabos descendieron anunciando el comienzo del relato de “Alma Grande”, la princesa zapoteca que dio la vida por amor a su pueblo, la cual cautivó al público oaxaqueño, así como a turistas nacionales y extranjeros.

Abriéndose paso entre el público las doncellas, como parte de la historia, con júbilo anuncian el nacimiento de la Donají, siendo ésta producto del amor del Rey Cosijoeza y Pelatzilla, y que desde su nacimiento el Sacerdote de Mitla Tibot predijo su funesto destino.

Acompañado del Gobernador del Estado Alejandro Murat Hinojosa, del Secretario de Turismo Federal, Miguel Torruco Marqués; la presidenta del Consejo Consultivo del DIF Municipal, Patricia Benfield López y la Diosa Centéotl 2019, Lilia López Hernández e invitados especiales, el edil capitalino Oswaldo García Jarquín disfrutó, al igual que el resto de las y los asistentes, de esta magna representación donde se entrelazan las culturas que nos dieron identidad.

En una noche llena de misticismo los más de 10 mil espectadores vibraron con esta historia colmada de romanticismo y sacrificio, en la que los más de 80 bailarines del Ballet Folclórico de Oaxaca, bajo la dirección de Fernando Rosales, efectuaron una prodigiosa recreación de la Princesa Donají, cuyo nacimiento se estima en el año de 1501.

Las y los bailarines cautivaron desde las primeras escenas al público, mostrando por ejemplo la llegada de las huestes del Anáhuac (mexicas) sobre el valle de Oaxaca para conquistar Zaachila.

Además de la guerra entre mixtecas y zapotecas, donde de forma especial se da el encuentro entre el guerrero mixteco Nucano y la princesa zapoteca Donají, así como su romance, acto en el que lucieron la juventud de Karla Martínez Platas, quien representó el papel principal y de Moisés Chicatti, bailarín que interpretó al príncipe mixteco.

Dentro del relato la Princesa Donají descubrió a un prisionero de nombre Nucano, príncipe mixteco, de quien se enamoraría profundamente, y a quien liberaría después de brindarle atención y cuidados hasta su entera recuperación.

Completamente sanado y puesto en libertad, el noble mixteco exhortaría a su pueblo para terminar la guerra; Donají es entregada por su padre como ofrenda de paz.

Siendo cautiva, una noche a la Princesa Donají se le presentó el espíritu de su abuelo, quien le aconsejó regresar a su amada tierra, y anteponiendo el amor a su pueblo dio aviso a su gente de que los mixtecos se encontraban en Monte Albán, listos para invadir.

Descubierta por los mixtecas, la Princesa Donají fue sacrificada a orillas del Río Atoyac donde fue enterrada, para cobrar con su vida la ofensa por parte de los zapotecas.

La puesta en escena culmina con un pequeño pastor que encontró, cerca del Río Atoyac, el lirio más hermoso que sus ojos habían visto, rebosante y lleno de una energía enigmática, esta magnífica flor había surgido del oído de Donají, y con ella se rememora a la princesa zapoteca que dio su vida por su pueblo y que actualmente está plasmada en la imagen oficial del escudo de la ciudad de Oaxaca de Juárez.