El dilema del ‘Home Office’: ayuda para unos, pérdida para otros

Redacción

  • Negocios de comida los más afectados.

El Home Office, es una práctica laboral que cobró fuerza durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19, sin embargo en muchos casos dadas las circunstancias económicas de cada empresa, pudo haber llegado para quedarse.

Sin embargo como todo, la moneda tiene dos caras: las firmas irán adoptando y mejorando las condiciones especiales para hacerlo funcionar, mientras que los trabajadores también encontrarán mejores prácticas para instalar en sus hogares su propio lugar de trabajo.

Pero ¿qué tanto pegará el Home Office a las economías de arrendatarios de oficinas o del tortero que dependía de los trabajadores que salían a comprar en puestos algo para comer?

El Home Office impacta en la economía de los lugares que venden alimentos principalmente, también afecta a quienes viven de rentar oficinas.

Y mientras al empleador se le hace una buena idea para reducir gastos dentro de la empresa, al trabajador le puede impactar en su economía al incrementar el uso y por ende el costo de servicios como la luz y el agua.

Además se estima que un 41% de los mexicanos que trabaja desde casa debido al confinamiento por la pandemia laboran más horas y permanecen más tiempo conectados por razones de trabajo, según una encuesta privada.

Aunque una investigación también reveló que solo el 22% de los trabajos pueden realizarse a distancia.

Pese a los pros y contras lo cierto es que el Home Office permanecerá con nosotros por un buen lapso de tiempo y lo mejor es, como siempre, ingeniárselas, para buscar nuevas maneras de salir adelante.