Redacción
Con la llegada masiva de estudiantes y maleantes a Miami Beach durante el “Spring Break”, las autoridades luchan para contener la violencia y la pandemia, aunque con pocas herramientas tras la orden del gobernador de Florida, Ron DeSantis, de prohibir multas contra infractores por COVID-19.
Ninguna persona podrá circular en el área de South Beach, en el sur de Miami Beach donde se han presentado desmanes durante las últimas semanas, a partir de las 20 horas, y los restaurantes y bares deberán cerrar a esa misma hora, anunció hoy el Gobierno del alcalde Dan Gelber.
Las autoridades también cerrarán durante las noches el acceso a Miami Beach a través de los viaductos Julia Tuttle, MacArthur y Venetian, los tres principales que conectan Miami con el sur de Miami Beach. Solo será permitido el paso a residentes y personal de emergencia.
Las cifras de detenidos durante las caóticas fiestas, que dejaron esta semana un joven muerto debido a heridas de bala, dan cuenta de más de 900 arrestos, la tercera parte por delitos graves, y el decomiso de decenas de armas de fuego.
La Policía de Miami Beach incluso ha tenido que disparar bolas de pimienta para deshacer multitudes.