Redacción MVM Digital
El whisky es una bebida alcohólica obtenida de la destilación de malta y fermentada de cereales como la cebada, trigo, centeno y maíz, dándole posteriormente un añejamiento en barriles de madera, tradicionalmente de roble blanco, sin embargo, los maíces nativos del estado se han hecho presente como la materia prima para la producción de whiskey mexicano.
Gracias a ello, actualmente decenas de empresas artesanales han apostado todo y se dedican a la elaboración del destilado, captando la atención del mercado nacional e internacional, pues sus variedades de maíz, con el que lo elaboran han atraído a cientos de fanáticos de la bebida.
Cabe resaltar que en el estado han sido 30 años de lucha social comunitaria defendiendo la tierra y los recursos naturales, por lo que el fallecido maestro Francisco Toledo es reconocido por su defensa a las variedades nativas de maíz y su lucha en contra de la innovación de las semillas transgénicas, de igual forma, el pintor Jonathan Barbiere se vio influenciado por dicho activismo, por lo que, comenzó a adentrarse en el arte de destilar dicha bebida.
Es así como el pintor, bajo el arte de la destilación se contactó con campesinos de las ocho regiones de Oaxaca que se dedican al cultivo del maíz multicolor y de texturas diversas que sus ancestros crearon hace más de 300 generaciones, creado el destilado que marco él antes y después de dicha bebida, inaugurando la categoría de whisky mexicano, el cual fue bautizado en 2001 como Pierde Almas y que hasta la fecha es abocado a seguir experimentado con él para así perfeccionarlo.