Juan Antonio Ilescas
El presidente municipal de Juchitán de Zaragoza Emilio Montero Pérez, llamó y encabezó una jornada de oración y proclamación debido al clima de violencia en ese municipio», donde según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Juchitán es uno de los 10 municipios más peligrosos del país, con una cifra de 95.1 por ciento de asesinatos por cada cien mil habitantes.
Así, prácticamente Montero López, quien llegó a la presidencia municipal para el período 2019-2021 como candidato de MORENA, apoyado por la coalición «Juntos Haremos Historia», dejó a un ser espiritual la solución a los asesinatos y asaltos que se registran en esa jurisdicción.
Y para lograr esa paz, el edil Juchitán le entregó a Dios las llaves de la población.
El edil envío un oficio de invitación a los pastores cristianos para que el sábado a las 6 de la tarde, junto con su congregación, se reunieran en la explanada del recién reconstruido Centro Escolar Federal Juchitán, «para pedir y orar a nuestro Dios por las situaciones tan críticas que estamos viviendo en nuestro municipio».
En el escrito fechado el 16 de enero y dirigido a los » respetables pastores de Juchitán y de la región del Istmo» se menciona que «todos los que amamos ésta ciudad y deseamos ver su levantamiento y transformación, les hago la cordial invitación para que unidos autoridad y pueblo cristiano, clamemos y veamos la respuesta de lo que Dios puede hacer si nos unimos a éste propósito, pues es mi voluntad entregar las llaves de la ciudad a nuestro señor Jesucristo y proclamar delante de todos que Jesucristo es señor de Juchitán».
En el 2018 Juchitán y Tuxtepec disputaron el primer lugar en asesinatos y en lo que va del 2019 la cifra supera los 10 crímenes, además de una cantidad impresionante de asaltos a tiendas departamentales y comercios.
Está acción del edil, ha generado gran polémica y críticas, por parte de un sector del pueblo juchiteco, pero también ha sido tomado de buena forma por otra parte de la población, ya que aseguran cada año, el presidente en turno se dedicaba a regalar cartones de cervezas para las velas y nadie criticaba que se hicieran cosas vanales, como ahora que lo critican por haber convocado a orar.