Redacción MVM Noticias —
Luego de que varios pacientes que padecieron COVID-19 fueran observador por el Instituto Mexicano del Seguro Social han comentado que pacientes sanos desarrollaron afecciones renales agudas e incluso, muchos de ellos ya necesitan diálisis y hemodiálisis.
Así lo dio a conocer Barbara Ulibarri Gómez, coordinadora del Segundo Nivel de Atención, “Estamos viendo pacientes que tienen una afección renal aguda, es decir, que previamente estaban sanos o no tenía ninguna afección renal hasta que tuvieron el virus”, señaló.
Al respecto explicó, que si una persona presenta diarrea como síntoma y no toma agua, puede desarrollar insuficiencia renal aguda, “hay que dejar en claro que la insuficiencia renal aguda es reversible. Si se restablecen los fluidos, la hidratación, el volumen sanguíneo y se controlan todos los síntomas, el riñón que es un órgano maravilloso, restablece también su flujo sanguíneo y regresa a la normalidad”, finalizó.
Esta problemática en los pacientes que resultaron positivos de coronavirus se da porque la enfermedad tiene predilección por la enzima convertidora de angiotensina que modula la activación del sistema nervioso central, del riñón y del corazón, entre otros.
En el momento en el que el virus ataca al sistema inmunológico, éste se defiende, por tanto si el sistema no resuelve el ataque del virus, la infección o inflamación evolucionan, “el riñón cede su riesgo sanguíneo para apoyar a otros órganos importantes, como lo son el corazón, los pulmones, el cerebro, sacrificando su propia función”, explicó.
Los pacientes que se encuentran hospitalizados, es posible controlar la temperatura, inflamación, coagulación y todo lo que sea necesario, sin embargo, si el sistema sigue luchando contra el virus que también afecta los vasos sanguíneos.
No obstante, si el riñón advierte que otros órganos se están agravando, entonces él mismo va a sacrificar su propio flujo sanguíneo y su propia función, por ello es probable que al término de la enfermedad quede dañado.