Redacción MVM
En estos días es muy común que obtengamos algún servicio de comida por medio de una aplicación, y a consecuencia de la pandemia, este servicio se volvió mucho más popular en todo el mundo.
Sin embargo, últimamente se ha registrado en la ciudad un aumento del parque vehicular de estos servicios, en su mayoría son motocicletas y bicicletas los que se encargan de otorgar estos servicios.
En el año 2019, las reconocidas aplicaciones se estrenaron en la ciudad de Oaxaca, una aplicación que permite pedir comida de una variedad de restaurantes, para su entrega a domicilio. De esta manera se abre un espacio que potencializa a la industria restaurantera y los empleos para aquellos que cuentan con algún vehículo que lo permita.
Pero lo que parece que se ha olvidado son las regulaciones de movilidad que se han dado para que este ramo pueda otorgar un servicio de calidad del que presumen en la aplicación.
En las calles podemos ver cómo van sagazmente los conductores rebasan y andan entre los automóviles para llegar a tiempo a entregar su pedido y tener una nueva estrella en servicio y calidad.
Sin ninguna cultura vial y con un arrebato en el tránsito, estos servicios se desplazan poniendo en riesgo tanto a los choferes como conductores y principalmente a los transeúntes.
Actualmente, no hay ninguna ley que regule el manejo de estos transportes, además de que no cuentan con un número telefónico a la vista para alguna denuncia por irregularidades, y tampoco se conoce quienes son los que manejan estas motos.
Al respecto, es necesario visibilizar esta problemática, ya que se han adueñado de las calles sin ningún temor de provocar un accidente.