Juan Antonio Ilescas
El «Capitán» es el único sobreviviente de la tragedia registrada la semana pasada en San Francisco Lachigolo, donde «Guarumo», el perro Pitbull, que destrozó y mató a una bebé de nueve meses fue sacrificado, igual que la «Flaca» y la «Güera».
Abdón Jerónimo Ojeda, dueño de esos cuatro perros, confiesa que se vio obligado a matar a tres de ellos, pues la autoridad le dio un plazo para deshacerse definitivamente de ellos, de lo contrario tendría problemas legales.
Abdón revela que tuvo que usar un arma de fuego para sacrificar a sus perros, pues el veterinario nunca llegó.
El aire que se respira en el humilde domicilio aún huele a tragedia y sangre, pues cerca del lugar donde murió la pequeña Angélica, fueron sepultados los tres perros, incluyendo «Guarumo».
Abdón asegura que la muerte de su nieta fue un accidente lamentable, pues «Guarumo» se soltó de la cadena que tenía al cuello al ver a una jauría de perros en brama; anduvo suelto un rato, pero al ver que Rosa, su nuera salió con su bebé en brazos, se fue sobre la recién nacida, logrando arrebatarles del regazo de su madre.
Abdón aún tiene problemas, pues la autoridad municipal le fijó un pago de 50 mil pesos para indemnizar a la madre de Angélica, pero no tiene dinero.
El hombre confiesa que como campesino no gana esa suma, y que su intención nunca fue dañar a su nieta y sus padres, pues su única intención era convivir con ellos, por eso los invitó a viajar desde San Felipe el Mirador, Choapan, para visitarlo en San Francisco Lachigolo, sin imaginar la tragedia que se ceñía sobre la familia.