Erick Ríos
Clavos, estacas, lazos amarrados y desechos sanitarios, son algunas de las cosas que quedaron como rastro del paso de los maestros por el zócalo de la ciudad luego de permanecer alrededor de un mes en plantón como protesta por las reformas estructurales del gobierno federal; además muchas luminarias del primer cuadro de la ciudad quedaron averiadas a causa de que los manifestantes colgaban sus lonas de estas.
Las más severas afectaciones al patrimonio cultural de la capital y del estado, eran visibles principalmente en la catedral de nuestra Señora de la Asunción, en cuya fachada quedaron algunos clavos que fueron enterrados a martillazos ahí para sostener los lazos que soportaban el peso de las casas de campaña de los maestros disidentes.
Ante esta situación, surgen dudas sobre la reparación de estos daños a inmuebles catalogados como patrimonio cultural e histórico no solo de la capital oaxaqueña sino de todo el estado; incluso, el hecho de maltratar intencionadamente estos edificios, podría ser considerado como un acto vandálico, el cual no debería quedar sin castigo.
Tras el levantamiento del plantón, solo quedaron algunas casas de campaña sobre las jardineras que están a un costado del kiosko, por lo que la mayor parte del área que se encontraba cubierta por manifestantes y vendedores ambulantes quedó despejada y libre para el tránsito de los turistas.