Alexi Espinoza/Ana Cantoral
Fiestas, derroches, impunidad, desvíos de recursos, abusos de poder, lujos, viajes de placer con cargos al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana STPRM, son algunos de los excesos que ha logrado Carlos Antonio Romero Deschamps, gracias a permanecer por 25 años como cacique y que además fue recientemente reelegido el año pasado, por seis años más.
Las denuncias han sido cientas, sin embargo, la impunidad que le ha generado su militancia en uno de los partidos que por años también fue el cacique del país, el PRI, permitió no solo que no pasará nada con las acusaciones de desvíos de recursos a campañas políticas, sino además se le premiará con cargos políticos, senadurías, etcétera.
Derivado de los abusos incluso contra los mismos petroleros que eran enviados a recoger basura a las playas en temporada vacacional, a pintar las casas de sus jefes, a colocar sillas en las campañas electorales del PRI, a llenar eventos políticos e incluso a sufrir acoso para obtener una ficha, fue denunciado por ejercer “terrorismo” en el interior del sindicato.
Una de las mujeres que hizo esta denuncia fue Yolanda Morales Izquierdo, hoy Secretaria General Nacional de Petromex, el nuevo sindicato petrolero que hace frente al STPRM; acompañada de dos abogados oaxaqueños Luis Zárate y Oscar Solórzano, reorientaron la disidencia nacional de los petroleros, buscando transparencia y dejar atrás esos abusos.
De acuerdo a Luis Zarate, se encuentran respaldados por Cuauhtémoc Cárdenas, quién será el nuevo presidente del Consejo.
De acuerdo a los abogados el compromiso social les obligó a vencer su propio miedo por enfrentarse al entonces todopoderoso del sindicato petrolero, aunado al terror que viven miles de disidentes.
El nuevo sindicato alberga ya a 80 mil afiliados en el país y plantea el rescate integral de Pemex, de los trabajadores y sus familias.
El también vocero nacional de Petromex, Óscar Solórzano aseguró el nuevo sindicato cuenta con un Consejo General de Gobierno, con representantes de los trabajadores, y una Contraloría Interna Autónoma que denunciará el mal manejo de los recursos.
El manejo de recursos sindicales se realizará, mediante un banco, a través de un algoritmo como en el Infonavit, por lo que ahora los trabajadores “ya no tendrán que ir a pintar las casas de las amantes de los directivos para conseguir un crédito que por derecho les corresponde”.