Daniela Aragón
Los trabajos de reproducción en cautiverio realizados en EU y México en vida silvestre han rendido frutos.
Se ha logrado sacar al lobo mexicano de la categoría de extinta a en riesgo de extinción, esto quiere decir que los esfuerzos de conservación binacionales, así como entre sociedad, iniciativa privada y gobierno van por buen camino.
El doctor Gerardo Ceballos comenta que fue en su laboratorio donde hace años elaboraron los estudios pertinentes para diseñar un área con más de medio millón de hectáreas. Fue proyectada para que integrara la parte más baja y seca, con matorrales y pastizales, hasta la parte alta de las montañas.
“Uno de los objetivos que tiene la reserva de Janos es tener a mediano plazo a todos los grandes mamíferos”. También menciono que es necesario avanzar hacia Coahuila y Zacatecas con nuevas poblaciones.
La Biósfera de Janos ha sido útil no solo para el lobo gris mexicano si no para también la reproducción del perrito de la pradera y otras especies, como el bisonte y el borrego cimarrón.
Para lograr un éxito rotundo es necesario trabajar más con las comunidades locales para que se involucren en la conservación de las nuevas especies que día a día siguen apareciendo en el listado de en peligro de extinción.
Sandra Petrone doctora ambientalista señala que la conservación enfrenta grandes retos no solo en México, sino a nivel mundial por la pérdida del hábitat natural y la explotación de recursos, que se ha presentado a lo largo de estos años.
El 2020 es un año crucial para la humanidad porque si no se protege al medio ambiente hoy, no habrá vuelta atrás.