*Flores y veladoras en memoria de Rosita
Juan Antonio Ilescas
Algunas veladoras, tres pequeños ramos de flores y un vaso con agua fueron colocados a manera de ofrenda sobre la banca que durante muchos años sirvió de cama a Rosita, una mujer en condición de calle que la semana pasada falleció en el Jardín Labastida y que aún está sin identificar.
Quienes la conocieron y alguna vez le obsequiaron un pan o compartieron con ella parte de sus alimentos, señalan que a esa mujer también la llamaban «La Güera», por el color de su piel.
Rosita o «La Güera» murió en el abandono institucional y de sus familiares y en esa misma condición permanece su cadáver que podría ir a parar a la fosa común, de no ser identificado.
Nadie se atreve a sentarse en la banca que ocupaba Rosita, quizá por respeto, quizá por temor, los comerciantes de la zona aseguran que Rosita seguirá acompañándolos y para no olvidarla, en su memoria fue que colocaron flores y veladoras.
No habrá rezos, ni levantada de cruz, solo ese pequeño homenaje en memoria de Rosita, una mujer que vivió en condición de calle, igual que decenas de hombres, mujeres y niños que no tienen la fortuna de recibir apoyo de algún programa de gobierno.