Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, nada que festejar

Redacción

  • La crisis de la COVID-19 tendrá un impacto desproporcionado sobre los pobres, a través de la pérdida de empleos, la reducción de las remesas, el alza de precios y la interrupción de la prestación de servicios.

Según estimaciones más recientes, el 10 % de la población mundial (734 millones de personas) vivía con menos de USD 1,90 al día en 2015.

Este porcentaje es inferior a casi el 36 % (o 1900 millones de personas) registrado en 1990.

Sin embargo, es probable que esta tendencia se revierta en 2020 debido a la crisis de la COVID-19 (coronavirus) y a la caída del precio de petróleo. La crisis de la COVID-19 tendrá un impacto desproporcionado sobre los pobres, a través de la pérdida de empleos, la reducción de las remesas, el alza de precios y la interrupción de la prestación de servicios como la educación y la salud.

Por primera vez desde 1998, las tasas de pobreza aumentarán a medida que la economía mundial entra en recesión y cae abruptamente el producto interno bruto (PIB) per cápita. La crisis en marcha revertirá casi todos los avances logrados en los últimos cinco años.

Según estimaciones del Banco Mundial, entre 40 millones y 60 millones de personas caerán en la pobreza extrema (vivir con menos de USD 1,90 al día) en 2020, en comparación con cifras de 2019, como resultado de la COVID-19, dependiendo de las hipótesis sobre la magnitud de la crisis económica. La tasa de pobreza extrema mundial podría aumentar entre 0,3 y 0,7 puntos porcentuales, hasta llegar a alrededor del 9 % en 2020.

Debido a crisis mundiales como la COVID-19 y la creciente dificultad de llegar a quienes aún viven en condiciones de extrema pobreza, la reducción de la misma podría no ser lo suficientemente rápida para alcanzar el objetivo de poner fin a la pobreza extrema en 2030.

De acuerdo con la última medición de pobreza en México, con datos de 2018 elaborada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el país se registraron 52.4 millones de personas pobres y 9.3 millones de ellas vivían en pobreza extrema.

Ubicados en el sur de México, Chiapas, Guerrero y Oaxaca son los estados con mayor pobreza y pobreza extrema.
En Chiapas, el 83% de su población carece de seguridad social; en Guerrero, el 58% no cuenta con servicios básicos en la vivienda y, en Oaxaca, el 35% no tiene acceso a alimentación.

Aún falta mucho por hacer en este sentido y la tarea no se vislumbra fácil, luego de los estragos que está dejando la COVID-19.